El párroco de la comunidad Sagrada Familia de Ushuaia, Aldo Marcos Moschetta; durante su homilía del Evangelio (San Juan 6,51-58) en las misas del fin de semana pasado, lamentó la situación que se encuentra la Argentina, “nuestro país se convirtió en una fábrica de pobres”, lamentó y pidió luchar contra la corrupción y la injusticia, “si ese es el esfuerzo que tenemos que hacer, cuantas cosas van a cambiar”, alentó a la feligresía.
“Hoy también los tiempos que vivimos no son buenos, creo que la Argentina está viviendo uno de los momentos peores de su historia, vivimos momentos malos en todo sentido. Una corrupción que no se puede creer, una situación de injusticia que no se puede creer, y muchos fanáticos no la quieren ver y no la quieren reconocer”, manifestó el sacerdote.
“Las pruebas están a las vistas, todos los días alguien se arrepiente de haber robado en éste país. A…pero sin embargo los amigos del gobierno anterior: ¡no, eso es una cortina de humo!”, fustigó el presbítero, en el marco de las investigaciones que se llevan a cabo a nivel nacional a personajes políticos por corrupción.
“Pero hay que ser sin verguenza para no darse cuenta de eso. Saquémonos las caretas y las vendas de los ojos por favor, estamos hundidos en el barro del egoísmo, en el barro de la corrupción que nos ha llevado y nos va a llevar a una Argentina desastrosa”, expresó Moschetta.
“Ésta es la situación en la que estamos, los tiempos son malos. Yo soy un hombre que predica la esperanza, pero les quiero advertir que los tiempos de esperanza en lo que es a nivel país y social, no van a venir; vamos a vivir momentos de desolación y muy graves, porque hay cosas que ya no tienen vueltas atrás, el daño que se hizo es irreparable”, observó el párroco.
“Por eso la Palabra de Dios nos tiene que venir a iluminar, sobre toda cosa que son importantes. Lo que hay que discutir en éste país es la corrupción y la injusticia; y el Poder Judicial tiene que actuar, no ahora solamente para reivindicarse de lo que no hizo durante doce años, porque ellos sí cobran muy buenos sueldos, ¿pero quienes se perjudicaron acá?, los que menos tenían, nuestro país se convirtió en una fábrica de pobres”, criticó y lamentó Moschetta.
Por último, el padre Aldo preguntó; “¿a quién le importa el Espíritu Santo hoy? Se desprecia al espíritu, se niega al espíritu, cuantas desonrra al Espíritu Santo que está en la vida de cada uno de nosotros y que lo hemos recibido en nuestro bautismo”, reflexionó.
“Guarda tu lengua del mal, tus labios de palabras mentirosas, apártate del mal y práctica el bien. Busca la paz y corre tras ella. Si ese es el esfuerzo que tenemos que hacer, cuantas cosas van a cambiar”, alentó el sacerdote a los feligreses.
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