Según María Elena, en los últimos tiempos ni siquiera han tenido contacto con la Justicia, no por falta de voluntad de su familia o del juez de instrucción Daniel Césari Hernández, a cargo de la investigación, sino que simplemente porque no ha habido pistas importantes para seguir.
En ese sentido, admitió que desde hace meses se repiten como si fueran situaciones calcadas los aportes de gente que cree haber visto a la pequeña fueguina, pero que en realidad se la confunde con otras personas.
“La gente llama, manda fotos de nenas parecidas. Yo lo agradezco mucho porque sé que es la forma de seguir teniendo una esperanza. Pero lo cierto es que en cada caso se verifica la identidad y hasta ahora se comprueba que no se trata de mi hija”, contó Delgado.
“El rostro no cambia tanto en períodos tan cortos. Tienen que pasar años para que surjan cambios, así que las autoridades consideran que no es necesario por ahora. Con la última imagen (hecha en 2017) es suficiente”, aseguró la mujer.
El único imputado formal que tuvo la causa fue el cuidador de ese camping, al que luego sobreseyeron en todas las instancias judiciales.
Encima, la vidente
Los padres de Sofía no solo soportaron durante una década la ausencia de su hija, sino que lidiaron con personajes como la supuesta vidente Verónica Antonia Contreras de los Santos, que se dedicó a hostigar a la familia con falsas acusaciones (habló de un homicidio perpetrado por la propia familia y dijo que la niña estaba enterrada en el fondo de la casa) hasta que finalmente fue declarada inimputable por la propia Justicia.
Contreras de los Santos utilizó las redes sociales, los medios de comunicación masiva y hasta llegó a organizar un escrache público contra Delgado y Fabián Herrera (el papá de Sofía) accionar que recién cesó cuando un juez inició una causa penal contra la vidente y dictó una orden de restricción de acercamiento.
Cansados de falsas imputaciones, los padres de la niña fueguina llegaron a aceptar cavar un pozo en el fondo de su vivienda, delante de periodistas invitados, para demostrar que allí no estaba el cuerpo de su hija.
“Sin perjuicio del padecimiento afectivo que los variados actos desarrollados por Contreras de los Santos, pudieron haber provocado en los padres y familiares de la niña Sofía Yasmín Herrera, y la trascendencia que han tenido en el ámbito social, la realidad mental de Contreras impone reconocer la existencia de un impedimento infranqueable para que resulte penalmente perseguible por dichos actos”, concluyó el juez de la causa.
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