La mano de la presidenta de la convención permitió aprobar la figura del binomio electoral y sumó su rechazo clave a la implementación del ballotage, uno de los temas que más preocupaba al oficialismo.
Tal como se presumía, la votación de algunos artículos de la reforma de la Carta Orgánica de Ushuaia podía resolverse por el mínimo margen dada las fuertes discrepancias que surgieron en las sucesivas reuniones de comisión de la convención constituyente.
Y allí iba a ser clave el rol que asumiera la presidenta de la convención, la vicegobernadora Mónica Urquiza quien, tal como se presumía, aportó su voto para resolver dos temas que el oficialismo consideraba claves: la viceintendencia y la segunda vuelta electoral.
En el primer de los casos, se determinó implementar la figura de la viceintendencia, un binomio electoral que deberá ser conformado por un hombre y una mujer que, en caso de ser electos, no podrán alternar sus roles más de un mandato mientras que para volver a presentarse a elecciones, deberán dejar pasar al menos un período de cuatro años.
En el caso de la segunda vuelta electoral, Urquiza fue clave para desempatar en favor -nuevamente- del oficialismo. Había varias posturas en discusión porque los convencionales no lograron ponerse de acuerdo acerca del porcentaje de votos necesarios en una elección para fijar la necesidad de resolver un comicio con un ballotage.
En ese contexto, Urquiza sumó su voto para desempatar en favor de Más Ushuaia, espacio liderado por el actual intendente y convencional Walter Vuoto.
Entre otros artículos discutidos, además, se determinó extender el período de receso de los concejales que sumará 14 días y se prolongará hasta el 28 de febrero y se decidió que la secretaría administrativa del Concejo Deliberante recaiga en personal de planta permanente de la institución.
(Fuente: Costo Político)
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