El presidente Mauricio Macri relanzó ayer el programa de Becas Progresar, destinado a ayudar a los jóvenes a terminar la educación obligatoria y a encaminarse en una educación terciaria. Si bien ya existía este incentivo, se hicieron algunos cambios. El Intransigente consultó a Pablo Domemichini, Director Nacional de Desarrollo Universitario y Voluntariado del Ministerio de Educación de la Nación para conocer cuáles.
En primer lugar, las becas que estaban en la órbita de la Anses pasarán al ministerio de Educación y se fundirán con las que ya tenía esa cartera para unificarlas.
Las becas tienen tanto requisitos socioeconómicos como responsabilidades académicas. En el primer caso, el joven que quiera recibir la ayuda deberá provenir de un hogar en donde el ingreso no supere tres salarios mínimo, vital y móvil. Ahora, la edad para percibir la beca se amplió: antes era de 18 a 24 años y ahora es hasta 30, si están avanzados en su educación superior.
La responsabilidad académica para mantener la beca es que aquellos que están haciendo la primaria o la secundaria pasen de año y para los de educación superior, que cumplan con el 50% de las obligaciones de la currícula para ese año (antes era dos materias por año).
Los beneficiarios actuales del Progresar van a tener que reinscribirse. Allí se controlará si dieron efectivamente las dos materias correspondientes al 2017 y luego, a partir de ahora, que cumplan con el requisito de la mitad de las materias por año.
«El programa está pensado desde la lógica de acompañar a los jóvenes que tienen que cursar y trabajar, sabemos que no alcanza para que un joven se mantenga si tiene una responsabilidad familiar. Creemos que lo podemos acompañar para cubrir los gastos del estudio. Lo que ponemos en valor es que nuestros jóvenes hagan el esfuerzo, la beca tiene que ver con el mérito entendido como el esfuerzo personal», dijo Domemichini.
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