Al mejor estilo Kim Jong Un, dictador de Corea del Norte, la presidenta de la OSEF, Margarita Gallardo ordenó mediante una circular de fecha 22 de marzo de 2018, que el personal femenino de la Obra Social está obligado a vestir pollera reglamentaria con “un largo mínimo de 5 centímetros sobre la rodilla”, y les “prohíbe” acortarlas; y también obliga a los trabajadores masculinos a usar corbata de manera “obligatoria”.
Parece que Margarita está más preocupada en uniformar al personal de la administración pública provincial a su cargo, que a mejorar la calidad de atención a los afiliados a la obra social.
Gallardo pareciera ignorar que el accionar de la OSEF contribuye directamente a beneficiar a la salud privada en detrimento del Hospital público, constituyendo un gran negocio con la salud de los trabajadores estatales afiliados a la obra social.
Por otra parte, a los derivados se les brinda una atención lamentable en Buenos Aires, se le brinda una ayuda económica miserable que apenas le alcanza para comer. Pacientes, muchos de ellos con enfermedades graves hasta incluso terminales, deben padecer los caprichos de la funcionaria de Rosana Bertone, quien les prohíbe ser derivados durante el verano, como la la enfermedad se tomará vacaciones. O incluso la ridiculez de negarse a brindar cobertura cuando un médico que no es prestador de la obra social prescribe algún análisis de laboratorio u otros estudios.
Margarita Gallardo, como su jefa política Rosana Bertone, no le interesa lo más mínimo la salud de las familias de los afiliados, sino que está más preocupada en consolidar el gran negocio de la salud privada. Por ahora, el personal femenino de la obra social, abstenerse de usar pollera minifalda, o corta, midi, las que son abajo de la rodilla, o largas.
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