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Los secretos y las situaciones más absurdas durante la guerra de Malvinas

La guerra de Malvinas atravesó nuestra historia reciente dejando heridas abiertas que aún no terminan de cerrar. Pero como hecho histórico nos permite analizarlo desde distintas perspectivas que incluyen aspectos bélicos, humanitarios, políticos y militares También nos dejó un sinfín de curiosidades relacionadas con anécdotas y particularidades que mostró la guerra. Estas van desde el trato que […]

La guerra de Malvinas atravesó nuestra historia reciente dejando heridas abiertas que aún no terminan de cerrar. Pero como hecho histórico nos permite analizarlo desde distintas perspectivas que incluyen aspectos bélicos, humanitarios, políticos y militares

También nos dejó un sinfín de curiosidades relacionadas con anécdotas y particularidades que mostró la guerra. Estas van desde el trato que tuvieron los argentinos con los isleños, las distintas formas de acercarse a ellos, el ingenio criollo para adaptarse a una guerra desigual y hasta algunas consecuencias que dejó el territorio una vez finalizado el conflicto.

Esta es solo una serie de curiosidades que dejó Malvinas, hechos que poco se conocen y que suelen estar en los relatos de sus actores.

Durante los dos meses y medio que las fuerzas armadas argentinas tomaron el control de las islas Malvinas, existieron varios intentos para seducir a los isleños y convencerlos de que lo mejor para ellos era apoyar la soberanía argentina.

Se sabía que los locales solo recibían la señal de la BBC dos horas por día y se ofreció obsequiarles 450 televisores a color con la instalación de antenas para que pudieran tomar la señal de ATC. Algo que los isleños rechazaron. De todos modos operó un canal argentino brevemente bajo la sigla «LU78 TV – Islas Malvinas», todos los días entre las 19 y las 21 horas. La transmisión incluyó programación en castellano y en inglés. Por ejemplo, se pudo ver dibujos animados, partidos de fútbol y películas en inglés subtituladas. Una novela de la época, «Fortín Quieto», con Claudio Levrino, estaba entre el material seleccionado junto a micros de noticias presentadas por Nicolás Kasansew que finalizaban siempre con un fuerte mensaje religioso. También se realizaban transmisiones de radio AM. La emisora local trasmitía a la mañana en español y a la tarde en inglés. Algunas noches, los isleños cerraron su transmisión entonando «God Save the Queen». Como sonó a provocación, esto fue prohibido.

Durante la guerra se creó el periódico «La Gaceta Argentina», que debutó el 8 de mayo de 1982. Este periódico se publicaba en Puerto Argentino y se distribuía entre las tropas argentinas en las islas. Los isleños también pedían leerlo. Se publicaron 11 ediciones.

Un ejemplar de La Gaceta Argentina
Un ejemplar de La Gaceta Argentina

Otra acción, más rústica, fue la distribución de volantes escritos en inglés entre los isleños. Allí se hablaba de confraternizar, una acción que fue considerada un error estratégico increíble ya que no se tuvo en cuenta lo que pensaban y querían los locales en medio de una situación marcial con toque de queda incluido. A horas de desembarcar y con un mensaje muy católico que llevaba la imagen de la Virgen María y el niño Jesús, uno de los volantes decía: «Al pueblo Malvinense. Han sido liberados del gobierno colonial inglés. El pueblo y las Fuerzas Armadas Argentinas los abrazan como hermanos. Únanse a nosotros y demos gracias a la Bendita Virgen María por el éxito de la Operación Rosario». Los isleños rechazaron de plano esta invitación.

La seguridad de los civiles

Cuando el bombardeo inglés era inminente, los militares argentinos pactaron con los isleños algunas medidas de seguridad. Se ubicaron las casas más seguras y en ellas se dibujó un círculo con un X rodeado por la sigla DAP. Ahí debían ir los isleños cuando Puerto Argentino fuera bombardeado por la marina inglesa. Los lugares elegidos eran Upland Goose Hotel y los edificios del Colonny Club y del West Sore. Allí dejaban cajas de maderas donde guardaban elementos para combatir incendios y para subsistencia como alimentos, agua potable, medicinas, vendajes, baterías, velas, encendedores y todo lo que pudiera ser útil en caso de un incendio prolongado. Además, en una casa por cuadra colocaron esquineros con herramientas previendo cualquier siniestro. De todos modos, tres mujeres isleñas murieron cuando la Fragata Avenger atacó el Aeropuerto y cometió el error de bombardear una casa particular.

Kelpers y Bennies

A los isleños los propios ingleses los llamaban «Kelpers» porque los relacionaban con un alga muy típica de la zona llamada «kelp». En un tono despectivo les decían «kelpers», que suena a algo así como «recolectores de algas». Después de la guerra y cuando las fuerzas armadas británicas llegaron en mayor cantidad a las islas, los militares bautizaron a los locales como «Bennies», porque los encontraban parecidos al actor cómico Benny Hill, muy famoso en los años ’80. Cuando las autoridades militares prohibieron usar ese apodo para no ofender a los isleños, los marines, pilotos y otros arribados a las islas comenzaron a llamarlos los «stills», por «still Bennies»: «todavía bennies». Algo que recordaban en grafitis que aparecen en piedras y paredes de galpones en las islas.

Los militares británicos bautizaron a los locales como Bennies porque los encontraban parecidos al actor cómico Benny Hill
Los militares británicos bautizaron a los locales como Bennies porque los encontraban parecidos al actor cómico Benny Hill

La desconfianza de militares argentinos hacia los locales

Era bien sabido que las tropas argentinas debían ser abastecidas, y para ello era imprescindible garantizar el puente aéreo con el continente que se llevaba a cabo generalmente de noche. La pista de Puerto Argentino no contaba con iluminación propia ni balizas, por eso para cada aterrizaje se instalaban reflectores que solo se encendían cuando el avión estaba cerca de la cabecera de la pista. Para impedir que los isleños envíen información a la flota británica a través de equipos de radio aficionados que había en algunos hogares, uno o dos helicópteros sobrevolaba intencionalmente el pueblo haciendo el mayor ruido posible para impedir que se enteraran de un despegue o aterrizaje.

A los argentinos no les gustaba que los isleños estacionaran en cualquier lugar sus vehículos e intentaron cambiar un hábito histórico: pretendían que comenzaran a conducir por la derecha. Algo imposible de aceptar para ellos ya que en las islas, como en todas las colonias británicas, se conduce por la izquierda. De hecho se pintaron señales de tránsito modificando la dirección en la calle que iba hacia el puerto, pero los isleños nunca acataron esa norma que casi pasó desapercibida. Cuando terminó la guerra se encontraron vehículos argentinos e isleños enfrentados, circulando por la misma mano en distinta dirección.

El libro de visitas de la residencia del gobernador inglés

La Casa de Gobierno de las Islas Malvinas ubicada en Puerto Argentino sirve también como residencia y oficinas del gobernador. La residencia oficial fue construida en 1845 por el gobernador Richard Moody. De estilo victoriano, se trata de un edificio protegido, ubicado en el cruce de Ross Road con Government House Road. Allí se produjo el primer enfrentamiento armado el 2 de abril de 1982, que le costó la vida al Capitán Giachino. Una vez que los argentinos tomaron el control de la ciudad, fue la residencia del nuevo gobernador, el General Mario B. Menéndez. Con una curiosidad, existe un libro de visitas donde los residentes temporarios deben registrarse. La foto muestra cómo entre el 2 de abril y el 14 de junio los militares argentinos firmaron el registro. A partir de esa fecha, lo hicieron los ingleses a medida que se alojaron por tandas. Como si una guerra no hubiese acontecido en el medio.

El libro de visitas de los residentes temporarios de la Casa de Gobierno de las Islas Malvinas
El libro de visitas de los residentes temporarios de la Casa de Gobierno de las Islas Malvinas

El soldado argentino disfrazado de Kelper

Los militares argentinos que se encontraban fuera de Puerto Argentino no podían ingresar al pueblo a comprar ni interactuar con los isleños producto de las quejas de estos sobre la alteración que ello produjo en algunos negocios durante los primeros días. Un soldado, que pertenecía al Regimiento N°6 de Mercedes, llamado Marcelo C., hablaba un perfecto inglés y sus compañeros tuvieron la idea de disfrazarlo de civil y hacerlo pasar por un isleño. Así, mientras hubo algo de dinero argentino, este soldado cruzaba los controles de la Policía Militar argentina, se hacía pasar por un Kelper, cambiaba el dinero argentino por Libras [en un cambio muy poco favorable] y compraba alimentos y cigarrillos para sus compañeros. Varios soldados intentaron imitar esta acción pidiendo ropa civil a estibadores chilenos, pero muchas veces eran descubiertos por la Policía Militar. La Gobernación Militar Argentina había establecido que la equivalencia monetaria entre la libra malvinense y el peso ley 18.188, tuviera una paridad de £ 1 = $ 20.000.

La libra malvinense que utilizaban los kelpers
La libra malvinense que utilizaban los kelpers

El ingenio argentino utilizado durante la guerra

Dicen los expertos que los aviones de combate se defienden de los de los misiles antiaéreos propagando una nube de pequeñas y delgadas piezas de aluminio, fibra de vidrio metalizada o plástico metalizado, que se denominan «chaff», y que consiguen perturbar y apartar de su objetivo a los misiles guiados por radar. Los bombarderos argentinos Canberra no contaban con esas defensas o señuelos antirradar, tan necesarios para confundir a los sistemas de guiado de los misiles ingleses. Según relata el sitio www.1982Malvinas.com, el Mayor Rezoagli reunió en su casa a los compañeros del colegio de secundaria de su hijo y les entregó varios rollos de papel aluminio y tijeras. Durante horas cortaron láminas hasta que alcanzar un volumen considerable. Pero no era suficiente y había que buscar otra forma más rápida de cortar las tiras. Entonces observaron que las laminillas tenían el ancho de un tallarín. A partir de allí utilizaron la cortadora de tallarines de una fábrica de pastas, a la que llevaron varias planchas de aluminio para fabricar el «chaff» casero. Los únicos dos aviones Canberra que fueron derribados por misiles fueron los que no llegaron a lanzar los «chaff» fabricados con la «tallarinera».

Además, en las islas fueron famosos el «Tobogán cohetero» y el «tractor misilistico», que fue una adaptación criolla para mejorar el uso de las armas utilizando un tobogán y un tractor como portadoras y lanzadores de cohetes y misiles.

En las islas fue famoso el
En las islas fue famoso el

Pingüinos en territorios minados

Los militares argentinos colocaron más de 20.000 minas personales a lo largo de las playas y los terrenos cercanos a la ciudad capital. Cuando terminó la guerra, los argentinos entregaron un plano con detalles que indicaban dónde estaban las minas y el gobierno británico hizo un esfuerzo para limpiar los campos de minas, pero fue insuficiente. Por esta situación, se decidió cercar las zonas con riesgo de explosión y colocar letreros advirtiendo a la gente para que se mantuvieran alejados de la zona. Con los seres humanos fuera de los lugares peligrosos, los campos de minas se convirtieron en lugares ideales para que se establezcan colonias de pingüinos. Las minas detonan cuando reciben el peso de entre 45 y 60 kg y estos animales son lo suficientemente livianos como para pasar por encima de una mina sin activarla, por lo que se pueden mover con tranquilidad sobre ellas sin ningún peligro. Esta es la razón por la cual, durante los últimos treinta años, el número de pingüinos en Malvinas aumentó hasta llegar al millón.

Los pingüinos son demasiado livianos y por esa razón no corren riesgo con las minas personales
Los pingüinos son demasiado livianos y por esa razón no corren riesgo con las minas personales

Bonus track: las Islas

Por qué se llaman Malvinas: Una expedición francesa bautizó así al archipiélago porque gran parte de su tripulación de marinos provenía del puerto francés de Saint Malo. El gentilicio de ese pueblo es «malouine». El nombre se oficializó cuando el francés Bougainville tomó posesión de las islas. Con el tiempo, y con los cambios en las escrituras en distintos documentos de época la «U» se confunde con la letra «V», y así queda el nombre Malvinas.

Por qué los ingleses las llaman Falkland: El inglés John Strong, quien viajó a las islas en 1690, las bautizó con ese nombre. Algunos dicen que en realidad él bautizó con ese nombre al estrecho que separa las dos islas más grandes del archipiélago y que a fines del siglo XVIII comenzó a aplicarse ese nombre para la totalidad de las islas. El nombre fue elegido en honor al Comisionado del Almirantazgo inglés de esa época, llamado Anthony Falkland.

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