Quienes tenemos el honor y la responsabilidad, sobre todo como generación política, de ser las hijas e hijos de Néstor y Cristina, nos vemos obligados por la historia a expresar de forma contundente el más enérgico rechazo al accionar vergonzoso del partido judicial.
En este escenario crítico no podemos mirar para otro lado. Fue Cristina quien confió en nosotros y nosotras. Fue Cristina la que nos defendió siempre. Hoy nos toca a nosotros poner voz y cuerpo por ella. Nada de hacerse los distraídos y distraídas, porque en la política como en la vida, no pasarán a la historia aquellos que especulen sino los que más se la jueguen. La lealtad es con Cristina, con el pueblo argentino y fueguino.
Asi como no lo consiguieron con ella, nosotros tampoco vamos a permitir que nos amedrenten y quieran disciplinar. Ese accionar responde a una historia oscura y sangrienta a la que no estamos dispuestos a volver.
No nos asustan, no nos frenan ni tampoco conseguirán apartarnos de nuestro camino o que traicionemos nuestras convicciones.
¿Por qué quieren proscribir a Cristina?
Porque su sola existencia atenta contra quienes quieren perpetuar sus privilegios, exprimir nuestros recursos, vender nuestro patrimonio y hacerse del dinero de todos los argentinos y argentinas. Fue ella quien trabajó incansablemente en la construcción de un Estado presente, federal y garante de derechos para todos y todas.
Es por eso que ante la imposibilidad de matarla, han conseguido que este partido judicial la condene. Es por su tenacidad, coraje y entrega y sobre todo por el amor del pueblo y de los más humildes, algo que ellos nunca tendrán.
Comentarios