Comenzó como una advertencia, que se terminó convirtiendo en realidad. «Se acaban los cigarrillos», manifestaron hace ya 20 días las tabacaleras, cuando recién comenzaba el periodo de cuarentena.
Esto, en Tierra del Fuego, se había hecho visible incluso antes, con la entrada en vigencia del aislamiento y la confirmación de que se suspendían las entregas y abastecimiento de cajetillas de cigarros.
Desde la Unión de Kiosqueros habían manifestado incluso en los últimos días que la falta de cigarrillos «atenta, no sólo contra el objetivo deseado de aislamiento social, porque unos 8 millones de fumadores circulan por distintos kioscos en busca del producto, sino que, adicionalmente, y desde un punto de vista económico, esta escasez perjudica el buen funcionamiento de todos los comercios de cercanía”.
Ahora, en nuestra ciudad la situación promete ser saneada, aunque no solucionada: la industria tabacalera está prácticamente paralizada desde el 20 de marzo, por lo que se dificulta abastecer a los distintos puntos del país.
En Río Grande, por caso, se espera que en la tarde del lunes lleguen cargamentos de cigarrillos que se distribuirán en los distintos kioscos y comercios, que quedaron vacíos luego de que los fumadores llegaran a agotar incluso las marcas más económicas y menos vendidas.
«Hay clientes que ya reservaron hasta cartones», señaló uno de los kiosqueros consultados por este medio, esperazado en volver a desapachar cigarrillos con normalidad.
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