La fotografía muestra a Emilia Fernández sentada -por primera vez y tras 36 años- frente a la tumba de su hijo Luis, soldado caído en Malvinas.
Con 87 años, pisó suelo malvinense con la certeza de que el cuerpo de su hijo fue identificado, hasta el momento era “Soldado solo conocido por Dios”.
“Para mí es un gran alivio porque yo pensaba que andaba por ahí y que había perdido la memoria. Eso me angustiaba mucho, por las noches me preguntaba dónde estará mi hijo”. Y entre lágrimas pidió traerlo al continente “quiero traerle una flor y prenderle una vela y si está tan lejos no voy a poder”.
Comentarios