En ese momento, un compañero de colegio, y de la fábrica, quien también fue despedido, le ofreció trabajar en un invernadero que se llama “Techando Viento” y que se encuentra en cercanías de la ciudad. Esteban se vio sin trabajo por lo que accedió a vender los productos del invernadero en la calle.

Ya en el verano anterior estuvo ofreciendo lechuga en la calle y actualmente se lo puede ver a Esteban con una amplia sonrisa ofreciendo esos productos en la puerta de Limhogar.

En diálogo con El Sureño, el joven relató que se siente contento de poder contar con un trabajo con el que puede ayudar en los gastos de su familia. Sobre este punto, cabe señalar que Esteban vive con sus papás y tiene dos hermanos menores y uno mayor.

Si bien manifestó su agradecimiento por el hecho de contar con un trabajo, lamentó que esta labor sea temporaria y sólo se mantiene hasta marzo.

“Todo lo que gano se lo doy a mis viejos para colaborar con los gastos de la familia y para ahorrar para cuando no tengo trabajo ya que debo seguir estudiando”, señaló.

Esteban aún continúa buscando trabajo estable. “Me vendría muy bien poder conseguir un trabajo que tenga un horario durante la mañana ya que debo presentarme al instituto desde las 18:00”.